En el monasterio de las Madres Trinitarias de Laredo existía un oratorio abandonado y oculto durante décadas. Su "redescubrimiento" animó a las monjas a su rehabilitación poniendo en valor su deteriorada arquitectura mediante las obras pertinentes.
En la rehabilitación conté con la colaboración del equipo de albañiles de mi amigo Venancio Cacho, "Nansi",para el revoco de los muros y solados, y de las hacendosas monjas en la limpieza de la piedra vista.
En las imágenes de más abajo podremos hacernos hacernos una idea del estado de deterioro del oratorio. Más abajo, el proceso de rehabilitación.
Los revocos y pintura de cal los elegí no sólo por su adecuación a los edificios históricos sino por sus cualidades constructivas: su transpirabilidad, higiene, ausencia de emanaciones potencialmente tóxicas (cero compuestos orgánicos volátiles) su absorción de CO2 que purifica el aire, resistencia a mohos y eflorescencias, etc.
Se trata de una iglesia románica del sg. XII cuyas bóvedas y muros contaban con un revestimento continuo antiguo que se hallaba en franco deterioro: desconchados de las capas superficiales, suciedad, partes friables, desprendimientos de los revocos, etc.
Procedimos a su saneamiento eliminando todo lo inestable y frágil y reparándolo con morteros y plastes de base cálcica y procediendo a pintar con pintura a la cal por su adecuación y compatibilidad con el carácter histórico del edificio.