Investigamos para seguir los métodos y técnicas tradicionales en pintura artística que tan buenos resultados han producido a lo largo de la historia valorando también las modernas tecnologías.

 

   Nuestra iconografía es siempre enteramente original desarrollando e inspirándonos en los viejos maestros.

Pintura de la bóveda de la sacristía de la ermita de la Virgen del Rosario de Pastores en Huerta de Valdecarábanos (Toledo)

Bóveda pintada, pintura mural, pintura ornamental, pintur al fresco
Vista general de la bóveda

Galería de fotos

Informe final

PINTURA DE LA BÓVEDA DE LA SACRISTÍA DE LA ERMITA DE LA VIRGEN DEL ROSARIO DE PASTORES, EN HUERTA DE VALDECARÁBANOS.

 

Se trata de la pintura realizada en la nueva bóveda de la sacristía, realizada ad hoc para esta pintura.

 

I.-Marco arquitectónico y humano.

 Huerta de Valdecarábanos (Toledo) se encuentra en el extremo noroccidental de La Mancha toledana, a 40 kilómetros de Toledo, entre la Mesa de Ocaña, la Vega del Algodor y la Vega de Dosbarrios.

 La ermita de la Virgen del Rosario de Pastores en está enclava en un promontorio al suroeste de Huerta de Valdecarábanos, lindando con el casco urbano. Fue inaugurada en 1910 y su arquitecto Jesús Carrasco, del que se dice que fue discípulo de Gaudí. Fue promovida y financiada por los hermanos Ascisclo y Vicenta de Mora Mortero y López, naturales y benefactores de la localidad que están sepultados en la propia ermita, ya en el presbiterio, en un lucillo en el lado del evangelio.

  Está realizada en un estilo ecléctico de tendencia romántico-modernista. Consta de una sola nave con recintos adosados que acaban de formar la planta en cruz latina: la sala de Juntas de Hermandad, en la cabecera, y dos estancias simétricas a los lados que se emplean actualmente como tienda-exposición de objetos relacionados con el culto y sacristía en el lado opuesto, que es donde se realiza la obra.

  El entorno de la ermita contrasta con el resto del pueblo por estar bien ajardinado, rodeado de árboles, con su fuente, parterres, etc., todo bien mantenido y siendo el conjunto de la ermita y su entorno, lugar preferente y muy destacado en la localidad.

  La devoción a la Virgen del Rosario de Pastores en enorme en Huerta de Valdecarábanos. Continuamente acuden feligreses de todas las edades a la ermita en un goteo constante, desde primera hora de la mañana hasta el cierre vespertino y durante las fiestas la colaboración de los huerteños es unánime.

  La Hermandad de la Virgen de Rosario de Pastores, fundada en 1606, se articula en una junta activa durante un periodo de tres años cuyos miembros se renuevan entre los hombres del pueblo, de modo que es muy probable que cualquier varón de Huerta acabe siendo miembro activo de la Hermandad durante un trienio.

 

 

II.-Preparativos de obra.

En la sacristía se derribó el antiguo cielo raso de yeso y se construyó una bóveda de cartón-yeso bajo estructura metálica, casi vaída (a cuatro aguas y sin aristas) según el modelo realizado en escayola por el pintor, intercalando el correspondiente manto aislante.

A continuación, se pintó con pintura acrílica mate de calidad como capa de imprimación.

II.-Pintura artística.

1.- Se realizaron varios bocetos en plano, en los que intervino el criterio de los comitentes hasta concluir el definitivo sobre una maqueta a escala realizada por el propio pintor.

2.- Se realizaron sesiones de posado con modelos caracterizados y en condiciones controladas de luz, ángulo, etc.

3.- Se dibujaron en el taller cartones de las figuras (dibujos a línea sobre papel a tamaño real)

4.-Se procedió a la pintura propiamente dicha.

 

 

III.- Técnica.

En la bóveda nueva de cartón-yeso (“Pladur”) se aplicó pintura acrílica mate a modo de imprimación. Se eligió la calidad mate por su estructura microrrugosa en la superficie, lo cual confiere más adherencia a las capas posteriores, tanto por su textura como por su absorción. El fondo blanco de la pintura aporta luminosidad.

A continuación, se procedió a la pintura propiamente dicha, comenzando por una de las esquinas, a modo de luneto, y transportando sus dimensiones a cada una de las otras, invirtiendo las opuestas, completando después el friso.

Para las figuras se usaron cartones (dibujos de línea sobre papel a tamaño definitivo) realizados previamente en el estudio de acuerdo con las medidas obtenidas, que se traspasaron a su ubicación. Las figuras de san Acisclo y san Vicente se pintaron sin cartón, alla prima. El método de los cartones se vine usando para la pintura mural al menos desde la Edad Media, generalizándose en el Renacimiento hasta nuestros días.

Se emplearon colores acrílicos de primera calidad, sin aditivos (retardante, médium, etc.) disueltos en agua. La ausencia de aditivos se prefirió porque pueden alterar parcialmente la superficie pictórica creando antiestéticas desigualdades.

Se aplicaron los siguientes pigmentos:

Blanco de Titanio

Negro óxido de hierro

Ocre amarillo

Sombra natural

Sombra tostada

Rojo de cadmio

Azul ftalocianina

Azul ultramar

Y vestigios de otros pigmentos.

Una pintura artística consta de tres ingredientes principales: el pigmento, el aglutinante y el disolvente. Los pigmentos son siempre los mismos, independientemente de la técnica usada y con la lógica variación de calidades según su origen. El aglutinante es el elemento variable según la técnica: aceite en el óleo, goma arábiga en la acuarela, huevo en el temple y, en este caso, resina acrílica.

Los colores acrílicos, generalizados a partir de los años cincuenta-sesenta del pasado siglo, han adquirido un lugar importante en el mundo de las artes. Sus ventajas son su gran estabilidad y resistencia, su adhesión al soporte, rapidez de secado, etc. Básicamente su mayor ventaja es la “micro retícula” que forma al secarse. En efecto, las partículas de pigmento aparecen envueltas en resina en forma de moléculas dispersas y éstas, a su vez, “envueltas” o mezcladas con agua. Al secarse -perder el agua- las moléculas de resina acrílica se unen entre sí pasando de ser un monómero (su presentación en forma fluida) a ser un polímero (ya seca) formando una película continua enlazada químicamente, es decir, una malla molecular que se refuerza a si misma, aumentando así notablemente su resistencia en comparación con otros medios.

 

 

 

IV.-Descripción iconográfica

La ermita alberga la imagen adscrita a su advocación, la Virgen del Rosario de Pastores. En honor a la Virgen María bajo tal advocación se presenta la pintura de la bóveda.

En el centro, la Virgen del Rosario de Pastores con el Niño, vestidos sencillamente, la Virgen con túnica roja y manto azul. Su rostro, inspirado en la imagen que se venera en la ermita, se ha humanizado para que no parezca una estatua. Está sentada en gloria, en un cielo abierto, con un rosario en su muñeca derecha, atributo de su advocación.

Un poco más abajo, dos ángeles genuflexos ofrecen a la Virgen, uno su corona y otro su manto. Ambos, corona y manto, son las piezas más señeras del ajuar ceremonial de la imagen de bulto venerada en la ermita. Son objetos cuidadosamente custodiados por la Hermandad desde antiguo tanto por su valor material e histórico, como por el afectivo, y sólo se lucen en las grandes solemnidades.

En el lado de la ventana encontramos, en el centro, el nuevo escudo de la Hermandad*, enmarcado con una grisalla arquitectónica de sotto in su.

 

En el flanco derecho aparece Fray Bernabé García, obispo en Extremo Oriente, personaje ilustre nativo de la localidad que fue quien donó el manto de gala de la Virgen que se representa en el mural. Está sentado en una sencilla cátedra episcopal y ataviado con la casulla bordada a mano que él mismo donó para el culto a la Virgen del Rosario.