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El león de San Mamés

A San Mamés, mártir, se le suele representar con un león por el hecho milagroso de haber amansado los leones que en el circo romano estaban destinados a matarle. Sin embargo, los leones que figuran en muchas representaciones les vemos hoy poco reconocibles por una sencilla razón: la mayoría de los imagineros o pintores de siglos anteriores no había visto un león en su vida, no existía la fotografía o el cine y sólo, en el mejor de los casos, contaban con descripciones literarias. Así el San Mamés en la iglesia y pueblo del mismo nombre en el Valle de Aras, Cantabria, donde pinté el mural en honor de este santo.

  Hoy en día asociamos al león con África,  pero una gran parte de los leones que empleaban en el circo romano no eran africanos sino de la subespecie euroasiática, (un poco más pequeños y con menos melena aunque con fama de ser tan fieros o más que los africanos). La caza y venta de este animal para el circo llegó a convertirse en una industria hasta el punto de casi extinguirles y tener que buscar leones africanos.  Se empleaban por cientos.  Plinio nos cuenta que ya en el 93 a. de C. ,  Sila ofreció una lucha de 100 leones y Pompeyo Magno (55 a.C.) 600, de los cuales 325 eran “con melena”, es decir, africanos; y esto sólo en unas fiestas.  Hoy quedan los últimos ejemplares euroasiáticos, al borde de la extinción, en el Rajastán, India.

 

  Desde siempre el león ha sido el símbolo de la fuerza salvaje. El primero de los trabajos de Hércules fue matar al león de Nemea, convirtiéndose así en héroe civilizatorio, en el arquetipo de la Humanidad antigua que convierte las tierras salvajes en habitables. Matar leones u otras fieras ha sido hasta hace poco (quedan vestigios de ésto con el lobo) un modo de imponer la supremacía humana a costa -hoy lo sabemos- de la realidad natural.

 

  Pero la figura de San Mamés nos ofrece una imagen distinta: no reduce a los leones por la fuerza sino con la mansedumbre, no opone violencia a la violencia sino que a través de la paz y la comprensión amansa la fuerza bruta. En cierto modo, su expresión iconográfica, acompañado del león, podría considerarse la contraparte del Hércules clásico, convirtiéndose en una especie de Hércules cristiano que acaba y supera la visión del mundo antiguo a través de la era del cristianismo.

 

 

 La festividad de San Mamés la celebra la Iglesia el día 17 de Agosto, en pleno signo de Leo, ¿casualidad?

El león de San Mamés, pintura mural religiosa
León en el mural de San Mamés, todavía en proceso

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